lunes, junio 15, 2009

La pobreza tiene responsables


Con motivo del lanzamiento de la Campaña "Exige Dignidad" de Amnistía Internacional, la presidenta de Amnistía Internacional España, Itziar Ruíz-Giménez ha elaborado un artículo digital.


En 1984, un escape de gas de una fábrica de pesticidas de Bhopal (India), mató a más de 7.000 personas y afectó a centenares de miles en cuestión de días. A día de hoy, no se han depurado responsabilidades por el accidente ni se ha limpiado la zona.


En Angola, miles de personas que huyeron de la guerra civil que asoló el país hasta 2002 construyeron casas en asentamientos informales en Luanda, la capital. Hoy, muchas de estas comunidades han sido desalojadas con violencia por orden del Gobierno.


En Perú, cientos de mujeres, niños y niñas que sufren la pobreza mueren cada año por complicaciones durante el embarazo y el parto. El índice de muertes por esta causa es uno de los más altos de América del Sur.


En Eslovaquia, muchos niños y niñas romaníes son enviados a “escuelas especiales” para personas con discapacidad mental. No se trata de lamentables casos aislados, sino de una discriminación programada que impregna a todo el sistema educativo.


La pobreza es en muchos casos inducida por la acción de Gobiernos, y también de grandes empresas e instituciones financieras internacionales. La pobreza tiene responsables, porque las violaciones de derechos humanos son con frecuencia causa y consecuencia de la pobreza.


Lo que estamos viviendo en la actualidad no es sólo una crisis económica, es una crisis de derechos humanos. La discriminación, la injusticia y la inseguridad, raíces de la pobreza, no pueden enfrentarse únicamente con medidas económicas. Los Gobiernos deben invertir en derechos humanos tanto como lo hacen para preservar el crecimiento económico.


Los derechos humanos son indivisibles y están interconectados. Los derechos económicos, sociales y culturales, como el derecho a la alimentación, vivienda, educación, salud y trabajo, están estrechamente relacionados con los derechos civiles y políticos. No se puede hacer efectivo el derecho a la libertad de expresión si no se asegura el derecho a la educación, como tampoco se puede disfrutar del derecho a la vida sin tener acceso a la atención médica básica y a los medicamentos.


Amnistía Internacional acaba de lanzar una nueva campaña global, Exige Dignidad, cuyo objetivo es denunciar los vínculos entre la pobreza y las violaciones de derechos humanos que cometen Gobiernos, empresas y otros agentes. Se trata de exigir dignidad para las personas, y conseguir que los responsables de los abusos que conducen a los seres humanos a la pobreza respondan por sus actos.

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